miércoles, 27 de abril de 2016

Acorchamiento

Se diría que estoy de vuelta, si fuera a decir que lo dejé, o que lo echaba de menos, que me siento mejor cuando mi mente se activa con la búsqueda de nuevos temas o la redacción de situaciones diarias en forma de post.
Pero todo eso no es el propósito de esta entrada.

Solo estoy calentando nudillos.


domingo, 7 de junio de 2015

R1

Un día leí una frase de Cattz que me marcó, era una chorrada, algo así como que tuiteaba todo lo que hacía porque tendía a olvidarlo y así podría repasarlo en cualquier momento. Luego, hace poco, leyendo a Lorzagirl esa idea acabó de coger forma. Y es que es verdad que yo también tiendo a olvidar la mayor parte de mi vida. A veces me cuesta recordar anécdotas graciosas, o interesantes. O simplemente recordar qué hizo que una situación fuera como es en ese momento (discusiones, alegrías, detalles...). Por eso quiero intentar dejar constancia de algunas cosas, importantes o no, que me vayan pasando y quiera recordar.

El día 12 de Junio de 2015 tuve mi última guardia como R1.
En mi hospital, los de mi especialidad hacemos las guardias durante el primer año acompañando a lo que llamamos un R mayor, que es de 3 a 5.
Como ya escribo a toro pasado, no recuerdo tanto como quisiera.
Recuerdo perder pacientes, recuerdo la señora de cirugía y recuerdo consolar a la residente de cirugía.
Recuerdo poner vías, fallar muchas veces, pensar que era suerte la mayoría.
Recuerdo mirar la nieve del ecógrafo durante un transcraneal, a las 3 de la madrugada, y apoyarme contra la pared creyendo que me caía ahí mismo dormida.
Me he sentido tantas veces como los sims cuando se les agota la barra de energía, que he perdido la cuenta.
Recuerdo que mi tía murió estando yo de guardia de urgencias. Que vi el mensaje de mi madre, y seguí con mis pacientes. Que le pedí a la adjunta retirarme un momento, me vio ponerme a llorar y me siguió diciéndome que no lo estaba haciendo mal, pensando que era por el estrés de la guardia. Le dije lo de mi tia y me abrazó. Y ahora me da vergüenza mirarla. Una estupidez, lo sé. Después de a penas 15 minutos seguí viendo más y más pacientes. Recuerdo llorar de camino a cada guardia de puertas durante 5 minutos exactos recordándola. Y luego obligarme a sonreir y seguir adelante.
Recuerdo dar esa misma noticia a muchos familiares.
Recuerdo pacientes jóvenes, pacientes viejos. Calmar crisis de ansiedad, coser heridas, mandar a gente a su casa sin tocarla explicándoles cómo se deben usar las urgencias. Explicar a familias que sus seres queridos, con 98 años tienen todo el derecho a toser sin pasar la noche en urgencias por ello.



sábado, 25 de abril de 2015

Polp

Cuando tengo dudas, llego al stand by de no fiarme de que las dudas existan tanto de verdad y no solo en mi cabeza. 
Que busco problemas, excusas y quejas para justificar cosas. Que son épocas. Que todo pasa. Que soy yo. Que es el trabajo. Que eres tu. Que son los demás. 

Y a veces alguien dice algo. Lees algo. Oyes algo. Hueles algo. 
Y la burbuja hace plop. 

Puedo seguir pensando que me he imaginado el plop. Que oigo cosas. Que no hay burbujas que puedan explotar a mi alrededor. Que soy una quejica. 
Pero el plop retumba y retumba y retumba... 
Y si...

martes, 31 de marzo de 2015

Canciones educativas

Hoy conduciendo hacia casa me he acordado de una canción. Una de las pocas que recuerdo de mi infancia. Una que aprendí de forma inesperada y que horrorizó a mis padres.

Cuando era pequeña fuimos un par de veranos de vacaciones a Galicia. A un camping majísimo donde alquilábamos un bungalow. Allí conocimos a muchos niños de edades muy variadas, e hicimos buenas migas. Con algunos seguimos en contacto a día de hoy.

Había una niña mayor que se irguió como líder y nos cantaba algunas canciones. Al final del verano mi hermana de unos 5 años y yo de 8 cantamos en el coche algo como:

Hola mamá, estoy dentro de ti, no te lo voy a decir, 
será una sorpresa
en primavera vendré
y quiero que me aceptes como soy.
Oh mamá.
Hoy he oído 
que hablabas con alguien 
que decía que yo
sería un estorbo para vosotros dos
Oh mamá
Qué puedo hacer?
Si yo solo quiero reír, jugar, sonreír
....

No recuerdo la cara de mis padres al oírnos aquello. Sí que recuerdo que me dijeron que antes de volver a cantarla intentara pensar en qué quería decir. Yo solo creía que sonaba bien y que había conseguido aprender una canción (aquí debo deciros que tengo una enfermedad no descubierta todavía que impide que me aprenda más de dos palabras seguidas de una canción). Pensé en qué quería decir aquella canción y no volví a cantarla nunca en voz alta. Hasta que prácticamente la había olvidado.

Hoy me he acordado de la canción. De repente, sin venir a cuento. Y mi cara ha sido de pasmo. Y después me he puesto a pensar ¿Dónde habría aprendido aquella niña esa canción? ¿Sabía lo que decía? ¿Intentaba colarnos las mismas ideas que le habían colado a ella? ¿Qué habrá sido de aquella chiquilla que apuntaba maneras de guarrilla?


sábado, 7 de marzo de 2015

El deber de ser social

Ahora mismo me encuentro con la posibilidad de ser social, de mejorar mis relaciones con la gente del trabajo. Me apetece de forma teórica. Pero necesito un día de cama y familia. De cama y manta. De cama y series. Pero DEBO ir, o creo que DEBO. Y eso me quita las ganas. 
Y no se qué hacer. ¿Qué ganará? 

lunes, 16 de febrero de 2015

El mes del horror laboral

Lo que queda de mes va a ser un erial trabajil.
Mi contrato dice que debo hacer 5 guardias de 24 o 17 horas al mes. En verdad todas son de 24, la diferencia es que la mañana la pase en la guardia o en el servicio en el que este en ese momento como día normal.
Este mes me puse mala malísima malera y no pude ir a una de ellas. Debía recuperarla en otro momento. Pues tengo el tiempo tan cogidísimo con pinzas que ha sido imposible y tendré que hacer 6 el próximo mes.
Hoy es lunes, y bien. Mañana martes y bueno. El míercoles guardia, el jueves por la mañana, cuando acabe la guardia, sobre las 9'30, tengo un curso obligatorio sobre un nuevo sistema informático para el hospital. El jueves por al tarde tengo unas clases a las que estoy obligada a ir. El viernes no se si tendré que ir a trabajar, porque no esta claro si la muerte del jueves se considera libranza o no. El fin de semana nos vamos de amiguismo a Teruel, que son fiestas medievales. La siguiente semana lunes normal. Martes guardia. Conforme salga curso de 9 a 21. Miércoles. Jueves y Viernes. El sábado moriré en casa abrazada a mi almohada tooooodo el día.
O no. Porque viene mi suegra y tendremos que hacer cosas de familia.

Y yo que quería empezar vida sana, ejercicio, dieta equilibrada, estudiar más...

Mandadme fuercitas.

domingo, 8 de febrero de 2015

La peor ducha del mundo.

Nunca he sido muy fan de la limpieza. Como concepto general. Ni de la casa ni de la limpieza personal. Que me ducho, no me entendais mal. Y no me gusta ir sucia, ni oler; como no me gusta tener la casa desastrada. Sin embargo, el proceso no me cae bien. Ni ducharme, ni lavarme el pelo, ni limpiar la casa. Hay gente que le relaja, pero a mi no. Yo lo hago porque hay que hacerlo. Como los impuestos, hay que pagarlos. Y es verdad que hay veces que da gustito. Como los impuestos, que cuando disfrutas de uno de los beneficios, pues oye, te da gustico.

El caso es que en la casa dónde vivimos ahora la ducha es un infiernito.
A mi lo que me da pereza de ducharme es el despelote, el mojarme y el frifri. Y la ducha de ahora esta encajada de tal forma que es imposible ponerle una mísera cortinica de plastiquete malo. Podría ponerse una mampara molona pero nuestro casero es un cutre. Y encima el calentador funciona a pedos y lo mismo me criogeniza que me arranca la piel a tiras hirviendo. Así que el poco calor que te da el agua, se va al resto del baño, que por pequeño que sea, hace que te congeles mientras te enjabonas. Todo un erial.

En Abril nos cambiamos. Espero.