martes, 31 de marzo de 2015

Canciones educativas

Hoy conduciendo hacia casa me he acordado de una canción. Una de las pocas que recuerdo de mi infancia. Una que aprendí de forma inesperada y que horrorizó a mis padres.

Cuando era pequeña fuimos un par de veranos de vacaciones a Galicia. A un camping majísimo donde alquilábamos un bungalow. Allí conocimos a muchos niños de edades muy variadas, e hicimos buenas migas. Con algunos seguimos en contacto a día de hoy.

Había una niña mayor que se irguió como líder y nos cantaba algunas canciones. Al final del verano mi hermana de unos 5 años y yo de 8 cantamos en el coche algo como:

Hola mamá, estoy dentro de ti, no te lo voy a decir, 
será una sorpresa
en primavera vendré
y quiero que me aceptes como soy.
Oh mamá.
Hoy he oído 
que hablabas con alguien 
que decía que yo
sería un estorbo para vosotros dos
Oh mamá
Qué puedo hacer?
Si yo solo quiero reír, jugar, sonreír
....

No recuerdo la cara de mis padres al oírnos aquello. Sí que recuerdo que me dijeron que antes de volver a cantarla intentara pensar en qué quería decir. Yo solo creía que sonaba bien y que había conseguido aprender una canción (aquí debo deciros que tengo una enfermedad no descubierta todavía que impide que me aprenda más de dos palabras seguidas de una canción). Pensé en qué quería decir aquella canción y no volví a cantarla nunca en voz alta. Hasta que prácticamente la había olvidado.

Hoy me he acordado de la canción. De repente, sin venir a cuento. Y mi cara ha sido de pasmo. Y después me he puesto a pensar ¿Dónde habría aprendido aquella niña esa canción? ¿Sabía lo que decía? ¿Intentaba colarnos las mismas ideas que le habían colado a ella? ¿Qué habrá sido de aquella chiquilla que apuntaba maneras de guarrilla?


sábado, 7 de marzo de 2015

El deber de ser social

Ahora mismo me encuentro con la posibilidad de ser social, de mejorar mis relaciones con la gente del trabajo. Me apetece de forma teórica. Pero necesito un día de cama y familia. De cama y manta. De cama y series. Pero DEBO ir, o creo que DEBO. Y eso me quita las ganas. 
Y no se qué hacer. ¿Qué ganará?